Jesse Livermore top traders
Uno de los mejores traders de
la historia
Nacido en South Acton, Massachusetts, en 1877,
hijo de un granjero, dejo la escuela en sus primeros años de adolescencia y
viajó a Boston donde se convirtió en “Board Boy” (que podríamos traducir como
Pizarrero) trabajando para Paine Webber, su trabajo consistía en actualizar
los precios de los bonos, acciones y
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Por aquel entonces, Livermore no ganó el
suficiente dinero para operar en acciones, así que empleó la hora del almuerzo
para ir a los “Bucket Shops”, que no eran más que casas de apuestas, entre
otras cosas, sobre el precio de las acciones y commodities. Allí es donde trató
de hacer dinero pronosticando la dirección de los precios tanto de acciones
como de materias primas, para hacer 1.000$ cuando tan solo tenía 15 años,
cantidad más que considerable en aquella época. Después de ignorar el aviso de
su jefe en Paine Webber, de mantenerse al margen de estos establecimientos,
Livermore fue despedido.
El “Boy plunger”era
ahora un trader a tiempo completo. Tal fue su éxito que le fue prohibida la
entrada en los “Buckets Shops” de Boston, por lo que Livermore se fue a la
costa Oeste, donde hizo 50.000 $, aunque pronto tuvo que disfrazarse y emplear
nombres falsos para evitar las prohibiciones de entrada que también allí le
establecieron. Más tarde se marcho a Nueva York, donde con 20 años, Livermore
comenzó su carrera como uno de los más grandes operadores de todos los tiempos.
En 1906 recibió un consejo de ponerse corto en la compañía “Union Pacific” y lo
hizo de manera abrumadora, después el valor empezó a subir colocándose en una
situación más que complicada, pero el terremoto de San Francisco provocó el
desplome del valor, dejando la cuenta de Livermore con 250.000$ de beneficio.
Además de este beneficio, también le enseñó una buena lección sobre los
consejos ajenos.
En 1907, se ganó a
pulso su reputación de “Bear Raider”, operando siempre del lado bajista del
mercado en grandes cantidades. Se dice incluso, que el todo poderoso J. P.
Morgan, le mandó mensajes a través de intermediarios para pedirle que redujera
su volumen de operativa. William Delbert Gann, en su libro “45 años en Wall
Street “ Página 117), describe a Livermore como “uno de los traders más
espectaculares de su época”. Gann afirmaba que Livermore era un hombre
honorable que “pensaba en pagar sus deudas incluso después de ser declarado en
quiebra por las autoridades”.
De hecho, Livermore
y otros muchos traders e inversores, incluyendo al propio Gann, en una ocasión,
perdieron todo su dinero cuando la firma de corretaje “Murray Mitchel and
Company” cerró en 1913. Según Gann “en 1917 cuando Livermore regresó e y hizo
de nuevo una fortuna, no sólo me devolvió la parte proporcional que perdí, sino
que pagó a todos los demás también”. Gann añade “Esto fue algo realmente
honorable por lo tanto debido a la honestidad de Livermore, en 1934 cuando
estaba en quiebra, le apoyé consiguiendo recopilar fondos de otra gente para
dárselos a él. Livermore volvió a operar haciendo dinero una vez más”. La
principal crítica de Gann sobre Livermore era que éste sólo había estudiado
para saber como hacer dinero, pero no para mantenerlo. Como Gann decía: “el
tenía la codicia y la energía necesarias para el éxito, pero cuando tenia una
cantidad de dinero considerable, no operaba de forma conservadora. Livermore
probaba su propia operativa en el mercado en vez de esperar a que apareciese la
tendencia natural que el mercado nos muestra en numerosas ocasiones”. En palabras
de Gann, Livermore era un fantástico trader, pero un pésimo gestor monetario.
El éxito de Livermore
El éxito que tuvo
Livermore, le proporcionó un estilo de vida que muchos sólo se podían imaginar
en sueños. El delgado y rubio especulador se compró un yate de 200 pies, de
nombre Anita, salió con mujeres famosas, incluyendo actrices como Lillian
Russell. Sus hazañas operando pronto llegaron a ser bien conocidas por todo el
mundo, incluso la gente comentaba “eres tan rico como Jesse Livermore”. Durante
la primera guerra mundial, Livermore pronosticó que el café experimentaría una
sustancial subida, lo que le llevo a tomar posiciones largas. Sus beneficios se
contaban por millones de dólares, sin embargo los contratos de café se
invalidaron, debido a que el gobierno creyó que Livermore se estaba
beneficiando de los tiempos de guerra, lo que le llevó a arruinarse por tercera
vez. Como trader agresivo, Livermore hizo y posteriormente perdió, cuatro
millones de dólares de su fortuna. La mayor parte del dinero fue hecho con
prácticas que posteriormente se declararon ilegales por la comisión del mercado
de valores americana (SEC), en el año 1930. La nueva regulación limitaba o
prohibía las siguientes actividades:
- Utilizar
información privilegiada
- Ocultar las posiciones
de mercado.
- Arrinconar
acciones para estrangular la oferta y la demanda.
- Controlar la
información incorrecta y engañosa para que no sea publicada.
Livermore también
llegó a ser muy conocido por su táctica de esperar hasta que la acción alcanzase
el objetivo establecido donde se aseguraba unos beneficios considerables y
luego se ponía en contacto con un periodista del “New York Times”, o de otros
periódicos influyentes, para recomendar dicha acción, como una excelente
compra. Después Livermore se deshacía de su posición de forma masiva, vendiendo
en el frenesí comprador que había provocado el artículo del periodista. En
pleno apogeo, se hizo con enormes posesiones inmobiliarias en varios países,
así como coches de la prestigiosa marca Rolls Royce y yates. Se hizo famoso por
sus espectaculares fiestas.
También tenía unas
oficinas secretas en la Quinta Avenida, era allí donde Livermore hacia sus
operaciones de gran escala, con numerosas líneas de teléfono y una línea
directa de telegramas. La oficina tenía una enorme pizarra que sus oficinistas
actualizaban constantemente, además también disponía de personal dedicado a la
investigación. El propósito único de dicha oficina era el de facilitar la
operativa y las actividades de inversión de Livermore.
Livermore y el crack del 29
En 1933, Livermore
padeció la gran depresión de la época y después de hincharse a beber durante 26
horas, terminó en una comisaría de policía, ya que había perdido la memoria por
completo. Una vez que se vio incapacitado para hacer dinero como lo hacia
anteriormente, decidió vender sus secretos en forma de libro, “Como operar en
acciones” que fue publicado en 1940 en dos versiones, una encuadernada en cuero
y la otra en formato más sencillo, sin embargo el libro no logró su objetivo de
atraer al público.
En ese mismo año,
Jesse Livermore tras tomarse dos copas en el hotel “Sherry Netherland” en
Manhatan, escribió una carta de ocho páginas a su tercera esposa diciéndole:
“Mi vida ha sido un fracaso”.
El hombre que
afectivamente fue conocido como “The boy plunger”, el “Gran oso” o el “Rey del
algodón”, se dirigió al guardarropa del hotel, se sentó en una silla y se
disparo un tiro en la cabeza. Así terminó la vida del que fue considerado el
mejor trader de todos los tiempos, el hombre que hizo millones de dólares,
dejando una herencia de menos de 10.000 dólares.
El New York Times
en su editorial, escribió el siguiente epitafio sobre Jesse Livermore : “..Qué
cosas buenas hizo, qué daño causó, qué significaba la vida para él y para otros
– todas estas cuestiones son para hacer una novela... Se dejaba llevar por su
pasión... Vivió en una época en que la especulación que llevaba a cabo venia a
ser como la de aquellos chicos que arañan hasta el ultimo penique. .. No dejo
nubes de gloria detrás suyo y tampoco dejo nada de miseria humana de la tanta
que había creado anteriormente... La calle en la que operaba ya no es la misma
que antes. Su muerte ha marcado el final de una era...”
Fuente: rankia.com